Claudia Rueda Gómez, nació en Bogotá Colombia en 1965. Es abogada, escritora e ilustradora de cuentos infantiles. Desde muy pequeña tuvo una gran inclinación hacia las artes, curiosidad por el dibujo, aunque muy poco acceso a la literatura infantil, esto debido a que en Colombia existía muy poca literatura para chicos. Estuvimos conversando con esta reconocida autora y esto nos contó:
Demos licencia a los niños a expresarse de muchas maneras
Entrevista a la escritora e ilustradora colombiana Claudia Rueda
¿Te hemos escuchado decir que la primera lengua materna es el dibujo?
Me he dado cuenta en la vida, que desde el dibujo hablo desde más adentro, logro expresar mejor lo que estoy sintiendo, desde mis preocupaciones, mis ideas, mis sentimientos, pues desde muy pequeña he sentido que a veces las palabras no me alcanzan para expresarme. Lo emocionante del dibujo es que puede hablar desde lo que llamamos el subconsciente mejor que desde las palabras, pues a no ser, de que sea algo altamente poético, las palabras pueden quedarse cortas.
¿Cómo crees que un adulto puede acompañar a los niños en la educación desde la ilustración y el dibujo?
De lo que yo he visto, porque no soy experta, la razón por la que los niños dejan de dibujar es porque los adultos no validan sus creaciones. Yo invito a que los adultos no evalúen los dibujos de los niños como una buena copia de la realidad, sino que los miren como un reconocimiento al mundo infantil.
Yo recomiendo un dibujo más expresivo y de reconocimiento, de exploración, sin poner referentes externos. No hay que pedir que no se salgan de la raya o imponer arquetipos establecidos, el acompañamiento puede estar orientado a permitir la observación de obras de arte, más Jackson Pollock que cartillas educativas muy cerradas y de mundos totalmente clichés.
¿Qué materiales recomiendas darles a los niños para dibujar?
Rollos de papel kraft y pinceles gruesos, pinturas acrílicas de colores primarios y blanco y negro, y ropa que no importe que se ensucie, e invitarlos a pintar a partir de preguntas como ¿qué viste, en qué pensaste en el camino a la escuela hoy?
La expresión plástica del niño se logra con un adulto que pregunta, un adulto que permite la expresión, la inventiva y no conduce a la copia. Recomiendo mis libros de tu qué ves para estimular la imaginación.
¿Cómo debe ser la estética en los espacios de los niños?
Podemos pensar en que menos es más e inspirarnos en la filosofía zen que dice: nos llenamos de techos y ventanas, pero es en los espacios vacíos en donde ocurren las cosas, si tenemos muy llena la taza de té, no podemos echar más cosas.
Con los espacios de los niños debemos pensar en el diseño gráfico y en ordenar el caos, pero evitando clichés, imágenes comunes y comerciales, espacios atiborrados, pues la economía puede ser mejor que el barroquismo.
¿Cómo acercar los niños al arte?
Estoy en pro de llevar los niños a los museos, no hay que volver estos espacios un catálogo de información, no es importante para los niños dar datos concretos, se puede asimilar a conocer un jardín, invitar a los niños a buscar una margarita amarilla. Con mis hijas yo las llevaba al museo, pero antes de la visita, tomaba algunos extractos de las obras, y les pedía que en la visita los buscarán, esa estrategia nos invita a observar los detalles o simplemente les permitimos el goce libre de la observación, con preguntas cómo qué está pasando en esta imagen, que ves de diferente. Por ejemplo, en una obra de Fernando Botero, se puede preguntar qué ves de diferente en ese caballo, por qué crees que es gordito. Hacer preguntas más que dar información, hacerlo corto y resumido de acuerdo con su edad. Conocer previamente las obras que se les van a mostrar, invitarlos a explorar y volver la visita un juego.
Hablemos del poder evocativo de las imágenes, sin palabras y sin sonidos
La imagen tiene una sin número de posibilidades de evocación, puede ser una imagen que copia la realidad, pero que al mirarla nos evoca algo que nos hace pensar en cosas distintas.
La imagen además de evocar, puede transmitir una idea y ser parte de una historia. Una idea puede ser a través de lo simbólico, puede ser conceptual, una exageración, puede ser muy expresiva, pero también va a depender del ángulo con el que nos acerquemos, si estamos en un close-up, si estamos desde arriba, desde abajo, el estilo, el punto de vista, todo esto va a decir un poco sobre lo que estamos tratando de decir. La imagen siempre lleva un mensaje que depende de quién la emite y de quién la está leyendo, la imagen tiene un poder inmenso de comunicación, siempre y cuando escojamos la apropiada.
¿Cómo crecer y alimentar las habilidades de la observación?
Los niños pequeños son muy observadores, pero cuando se adquiere el maravilloso lenguaje escrito, a veces dejamos de observar y a todo le ponemos un nombre, una etiqueta y ya no observamos.
Vamos en un autobús, miramos por la ventanilla y decimos tráfico, ciudad, gente y en lugar de estar observando, lo que hacemos es que sacamos del bolsillo, nuestra colección de palabras y ponemos etiquetas a todo, y con las personas pasa lo mismo, en vez de tratar de descubrir en forma más orgánica lo que observamos, los lugares y las personas que estamos conociendo, sacamos rápido nuestra etiqueta y eso nos cierra los ojos, o nos lleva a ver con unos lentes llenos de etiquetas que no dejan ver, lo que tenemos que hacer es limpiarnos, como los procesos que se hacen a partir de los ejercicios de meditación. También puede ser un ejercicio consciente de quitar las etiquetas. Por ejemplo, vamos a un lugar con una gente aburridísima, o a un lugar que ya conozco mucho, busco un tema y me voy con esa idea a observar. Por ejemplo, voy a observar los árboles en una calle, entonces voy a ver la misma calle de una manera muy distinta. Así no veo la calle, sino los árboles.
Un buen ejercicio es salir a mirar un día solo los zapatos de toda la gente. Es igual cuando vemos un libro ilustrado, que tal que veamos un libro y solo busquemos cuántos animales hay, o algo así
¿Cómo hacer que los adolescentes sigan dibujando?
Siempre se cree que la persona que debe seguir dibujando es el que es más hábil para el dibujo, el que es hábil para copiar la realidad. Con los niños hay que mostrarles que en el dibujo hay muchos caminos, posibilidades y formas de entender, ahí es donde está la historia del arte. Esto le puede dar licencia a los niños a expresarse de muchas maneras.
Podemos mostrarles a los niños a Jackson Pollock o las cavernas de Chauvet en Francia, les mostramos las figuras precolombinas de nuestra cultura. Debemos darles a los niños arte, mostrarles el surrealismo, el Dada, mostrar el collage para los que no son tan hábiles copiando la realidad. Permitir al niño el contacto con la historia del arte del siglo XX, es mostrarle como el arte se reveló y mostró como el arte no es únicamente para él que mejor copia la realidad
¿Cómo es tu proceso de inspiración?
Todo empieza a ocurrir sobre las preocupaciones de esto que es la vida, las cosas que exaltan la vida, o las cosas que nos duelen, de ese punto salen los temas, luego empiezo a pensar en los personajes, a veces escojo animales porque me encantan, o niños, e identifico cuál va a ser el camino sobre el que voy a construir el tema sobre el que quiero hablar y ahí empiezo a hacer un mapa de lo que va a ser ese recorrido que luego se va a volver historia y voy creando los referentes. El texto viene después.
Lo lindo del proceso y por eso hay que respetarlo como el tiempo de la fermentación de un vino. Eso necesita un tiempo, dibujar, hacer bocetos, permitir que se vuelva adulto, el proceso te revela si necesita palabras y cuántas palabras va a necesitar. Permitirse el error es demasiado importante, sin error no hay creatividad. En el libro El Encargo, revelo mi proceso creativo, es un homenaje al proceso y una celebración del error.
Tengo una conexión alta con el lápiz de grafito suave y el papel de dibujo. Y en color me gusta la acuarela porque no permite tapar, permite el error y el computador es una herramienta permanente para mí.
¿Cómo es el proceso de ilustrar libros de otros escritores?
Ilustración para otros, primero tu miras la propuesta del autor, miras las sugerencias que tiene de imágenes, pero el encargo debe ser algo sugestivo en el que yo vea que las imágenes tengan sentido, que sean fundamentales en el desarrollo de la historia, porque si no, no se vuelve interesante.
La ilustración debe aportar una variación de lo que dice el texto, porque ese es el gran juego del libro álbum y lo que hace que el lector haga un proceso de lectura mucho más creativo, mucho más inteligente y eso hace una lectura más enganchadora y enriquecedora. No me gusta para nada la ilustración que repite lo que dice el texto.
¿Cómo fue tu paso por la caricatura política?
Fue una de mis primeros ejercicios de narración visual y era muy difícil, fue un gran ejercicio, es la combinación de la actualidad con critica, sátira, humor y que sea muy sintética, además se hace diario, entonces fue un ejercicio de bastante entrenamiento.
Además de lo mucho que uno hace, se publican muy pocas. Yo soy un poco Mafalda con ganas de arreglar el mundo, lo ponía en la camita de enfermo, en parte encontré en la caricatura política esa forma en unir el amor por el dibujo y buscar la solución a los problemas del mundo.
Aprendí muchísimo del mundo editorial y con el tiempo empecé a darme cuenta de que la caricatura era muy efímera y a mí con todo lo que me gusta la historia, vi que en los libros había muchas más posibilidades de permanecer en el tiempo, y más si iban dirigido a los niños.
Hablemos del humor en tu obra
El valor del humor, es todo, menos ligero o poco importante, el humor nos da perspectiva, permite decir cosas que de otra manera no se pueden decir, también despierta una picardía y una sensibilidad dando sentido a los niños, una persona sin humor es poco interesante.
Yo trato de mezclar entre la ternura y la picardía que resulta humorística, como los niños, son necios y tiernos, eso crea situaciones de humor, tengo la fortuna de que se me da el humor.
¿Consideras que tus obras se relacionan con la filosofía?
Soy una persona que se piensa la vida demasiado y espero que mis obras aporten a construir de una forma positiva y profunda porque nunca me ha gustado la ligereza.
Mis libros: Ahí estabas y A veces, los hice cuando mis hijas estaban llegando a la adolescencia, pues me recordó lo difícil que fue para mí ese periodo, son libros de muy adentro y cuando las cosas vienen de muy adentro se vuelven profundas. Es ver desde la distancia la adolescencia, que la tenemos tan descalificada, pero que es un tiempo muy difícil para los niños y las niñas, y que debemos procurar acompañar sin poner etiquetas. Ahí estabas es un homenaje a lo que para mí ha sido el arte, el arte me salvó.
¿Por qué valorar más los ilustradores colombianos?
Obviamente hay personas específicas que lo han valorado, es importante precisar que lo que se publica no depende solo de lo que crean los autores, sino que depende inmensamente del gran filtro que es el proceso editorial, es un interlocutor que exalta. Si hay casos de unas pocas editoriales que han querido promover la industria del libro álbum y de la literatura infantil de autores colombianos, y lo celebro y lo aplaudo porque se requiere mucho valor, pero en general hay cosas muy difíciles que tenemos de nuestra herencia colonial y de la necesidad de pan, que nos hacen pensar que siempre es mejor lo que se hace por fuera de nuestro país, o lo que se parece a lo que se hace en el exterior o a lo que ya se vendió bien, de todas formas, siempre se ha dicho que el arte nace en la periferia y la vanguardia está en la periferia. Si es más difícil en países como el nuestro, en los que el arte se considera un lujo, de una elite.
Es un acto de valor participar en la cadena del libro, lo que hace Ratón de Biblioteca de resaltar los autores colombianos, nosotros hacer obras, las editoriales publicar, las bibliotecas comprar y promover el arte colombiano, es una forma de promover ese arte nacional que es tan importante, promover los interlocutores, y sobre todo promover a ser diferentes, atrevernos a hacer cosas que no se han hecho en otras partes, es supremamente importante.
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