Isabella, una niña inteligente y creativa

Isabella Castaño González visitó por primera vez la Biblioteca Familia La Esperanza en el 2021. Salomé y Sofía, sus vecinas, le hablaron de todas las actividades que hacían en este centro de lectura al que asisten los niños, niñas y jóvenes que viven en la común 6 de Medellín. Le contaron que leían libros de aventura y que estaban aprendiendo a dibujar y a hacer otras manualidades. Isabella aceptó la invitación de sus amigas y empezó a participar todos los jueves en el taller Pintando palabras.

Desde las primeras clases la profesora, Maritza Montoya, descubrió el talento que tiene Isabella para el dibujo y las manualidades; además, vio que la nueva integrante de su taller era una de las usuarias más responsables y respetuosas de la biblioteca: “Es una niña muy dedicada y tranquila. Sabe cómo comportarse. A ella le gusta demasiado el arte, es muy buena para eso. También es muy buena lectora y, para la edad que tiene, escribe muy bien. Yo creo que Isa puede lograr todo lo que se proponga. Estoy segura de que será una mujer muy estudiosa, una gran profesional”.

Isabella tiene diez años. Estudia en el Colegio Jesús María El Rosal y está en sexto de bachillerato. Aunque le da un poco de pereza madrugar, dice que disfruta las clases; especialmente, las de inglés y las de artística. “A mí me gusta mucho el arte. Tengo un cuaderno en el que dibujo en los tiempos libres, y me gustaría ser animadora digital”.

Isabella no se pierde ni un solo encuentro del taller Pintando palabras. En su casa conserva las manualidades que más le gustan: un gato con alas que moldeó en porcelanicron, los retratos que ha pintado de sus compañeros y un cuadro de madera que su mamá, Luz González, le pareció “hermosísimo”. “Ella nos lleva todas las cositas que hace, y a mí eso me encanta. Isabella me explica las técnicas que usan y me dice que a veces la profe Maritza o los amiguitos le ayudan. Ella y la hermanita tienen muchas habilidades, ese talento para el arte, para lo manual, se lo heredaron al papá”, cuenta Luz.

Los jueves, cuando finaliza el taller, Isabella se queda un rato más en la biblioteca. Conversa con sus amigas o se sienta a leer. Con Ángelo Bueno, uno de sus compañeros, comenta las aventuras del Detective X, una serie de la escritora y editora de textos para niños Antonia Sanín. “Cuando uno lee un libro, aprende mucho. En este momento me estoy leyendo Cuando despierta el corazón, me gusta mucho porque habla de la amistad y tiene aventura y romance. A mí me gusta leer en mi cuarto o en la biblioteca porque son lugares silenciosos en los que uno se puede concentrar”, dice Isabella.

Luz dice que ese gusto por la lectura lo heredó de ella; por eso, le cuenta que cuando era niña visitaba la biblioteca de su barrio para hacer las tareas y disfrutar de un buen libro: “Yo les digo a mis hijas que vivir cerca de la biblioteca es un privilegio. Yo les cuento que a mí me tocó estudiar leyendo un montón de libros, no es como ahora que todo lo buscan en internet. Es muy importante que los niños y los jóvenes vengan a lugares como este, porque desarrollan la creatividad, interactúan con otras personas y le cogen amor a la lectura. Ojalá que las bibliotecas nunca dejen de existir”.

Integro © Todos los derechos reservados

Dona
aquí