La invitación que Valentina no pudo rechazar

Cuando su amigo Hamilton Monsalve la invitó a conocer la Biblioteca Familia La Esperanza, Valentina Orrego no pudo decir que no. El plan sonaba muy tentador: talleres creativos, sala de computadores, estantes llenos de libros, juegos y, sobre todo, un espacio para conocer gente nueva, pues Valentina y su familia vivían en el municipio de Buriticá, en el Occidente de Antioquia, y llegaron a Medellín en el 2019 en busca de mejores oportunidades; por eso, no pudo rechazar la propuesta de su compañero, y desde marzo de 2022 se convirtió en una de las usuarias más participativas de este centro de lectura que acoge a los niños, niñas y jóvenes de la comuna 6 de Medellín.

Bianca Agudelo, promotora de lectura de Ratón de Biblioteca recuerda la primera vez que vio entrar a Valentina a la biblioteca: “Llegó con Hamilton. Él le había hablado de las actividades que hacemos aquí y ella estaba toda entusiasmada. Ella es muy constante, rara vez falta”. Valentina se inscribió a las clases de inglés y al taller Pintando palabras. “Ella siempre quiere sobresalir, procura que las cosas le salgan bien. Hay como una sana competencia entre ella y sus amigos: Hamilton y Samuel”, agrega Bianca.

En cada taller, sin importar el tema del que estén hablando, Valentina siempre está dispuesta a participar y a investigar: se sorprendió con las criaturas mitológicas, aprendió a crear juguetes, elaboró figuras de origami y discutió con sus compañeros sobre la importancia de proteger el medio ambiente. “Me gusta mucho venir a la biblioteca porque es muy divertida aprendemos mucho con nuestros profesores y compañeros. También es muy bueno porque cuando tengo tareas me prestan el computador”, dice Valentina.

Su mamá, Yuli, se siente muy agradecida con la biblioteca. Cuando ella era niña no tuvo la oportunidad de participar en programas de lectura; por esta razón, motiva a Valentina a que asista a todas las actividades que la acerquen a los libros y la enamoren de las buenas historias: “No soy de leer mucho, pero quiero que a mis niños les inculquen el amor por la lectura, que disfruten esos espacios que yo no tuve. Le doy gracias a la biblioteca, un lugar muy bonito que les brinda muchas cosas a nuestros hijos”, dice Yuli.

Para Valentina los libros son todo “un mundo de imaginación”. Cuando empieza a pasar las páginas, no puede evitar “pensar en todo lo que les puede pasar a los personajes”. Dice que ya se leyó todas las historias que había en la biblioteca sobre mitología griega, pues le encanta todo lo que tiene que ver con los dioses y sus poderes. “En este momento en el colegio estamos leyendo Malditas matemáticas. Tenemos una carpeta donde guardamos todas las reflexiones sobre lo que leemos en clase. También me gusta leer en el patio de mi casa con mi hermanito Agustín”.

Valentina dice que los talleres y todas las actividades que programa la biblioteca “le han aportado mucho”; sobre todo, en su desempeño académico. Estudia en la Institución Educativa Alejo Pimienta, tiene once años y acaba de comenzar el bachillerato. Es buena estudiante y anhela convertirse en arquitecta o ingeniera ambiental. Zoraida, la tallerista de inglés de Ratón de Biblioteca, está segura de que Valentina podrá lograr todo lo que se proponga: “Ella es muy juiciosa, tiene espíritu de líder. Me la imagino cumpliendo todos sus sueños”.

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