¿Quién no ha sentido miedo ante la pregunta inocente y desprevenida de un niño? ¿Qué responder ¿Cómo responder? ¿Dónde buscar? Algo muy importante es aceptar que no nos las sabemos todas y que cuando una pregunta, especialmente la pregunta de un niño, nos toma por sorpresa y no conocemos la respuesta, existen muchas maneras de que esta situación, que puede llegar a generar ansiedad e incertidumbre, se convierta en una oportunidad de investigar y divertirse juntos.
Pablo Neruda en ‘El Libro de las Preguntas’, nos dice: “las preguntas surgen entonces como punto importante en el camino que va desde el pasmo hasta el conocimiento y, más, hasta el gozo de conocer”. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es utilizar un lenguaje muy claro, no enredarnos con palabras demasiado técnicas que van a confundir más a los niños y hasta a nosotros mismos; el lenguaje debe ser lo suficientemente claro, comprensible y sin ambigüedades o dobles sentidos.
Indiscutiblemente la tecnología es una herramienta que nos permite obtener información de manera inmediata, los niños de hoy están acostumbrados a obtener información con el solo movimiento de un dedo y, además, son poco impresionables frente a muchos hechos y situaciones que a nosotros a su edad nos hubieran impactado. Frente a este tipo de situaciones debemos tener especial cuidado con las páginas consultadas, la veracidad y la pertinencia de la información que encontramos, que finalmente es la que estamos compartiendo con los niños. Una vez confiemos en nuestras fuentes de información, la búsqueda de la respuesta a cualquier pregunta puede convertirse en un reto, un juego y hasta una anécdota familiar.
Por otro lado, si nuestro acceso a la información mediante la tecnología es limitado o preferimos hacerlo de la manera tradicional, siempre tendremos las bibliotecas y por ende los libros, que han sido el referente de conocimiento e información durante muchos siglos; convirtiéndose la visita a estos espacios en una actividad para compartir entre padres e hijos y descubrir entre todos lo que tiene para ofrecernos y sus tesoros.
Es de suma importancia también recordar que más allá de poder encontrar la respuesta a una pregunta en el computador, el celular, la tablet o un libro, la práctica y la experimentación de aquello que cuestiona a un niño le permitirá tener aprendizajes más significativos y permanentes, y para esto el juego como herramienta didáctica siempre será el mejor aliado. Existen páginas web, blogs, libros y otras herramientas didácticas que sirven de guía para experimentar y poner en práctica lo aprendido en la búsqueda de la información.
Aunque las preguntas de los niños muchas veces nos asusten o cuestionen nuestro propio conocimiento, démonos la oportunidad de construir conocimiento juntos de una manera divertida, permitiendo que la fuente de las preguntas nunca se acabe, debido a que esto es lo que mantendrá a un sujeto en constante búsqueda y aprendizaje.