La resistencia de Ernesto Sábato es un libro reflexivo cargado de melancolía. El autor recorre el pasado y la modernidad como elementos persuasivos para encarar al lector en un entorno donde los valores humanos se van perdiendo y lo superficial predomina sobre lo natural. Las ondas de la televisión, el fuerte sonido que produce la urbe, las interacciones virtuales y otros ejemplos son evidencia que ilustra Ernesto Sábato para dar pie al tópico general de este título tan amargo y al mismo tiempo, esperanzador.
La resistencia se divide en seis partes, para ser más exactos; en cinco cartas y un epílogo. La primera carta titulada “lo pequeño y lo grande” hace énfasis en la sociabilidad moderna y como esta se encuentra condicionada por las tecnologías digitales. El distanciamiento y la poca interacción provocan que la indiferencia emerja del corazón humano. Cabe aclarar que en este apartado no se sataniza ni se promueve un discurso inquisidor, más que eso el autor nos pone en un estado de alerta para no olvidar el verdadero valor de las cosas, el sentido de la compañía y la fraternidad. Nos invita a que no apacigüemos el espíritu sobre el frío carácter que fomenta la televisión y el internet.
La segunda carta se titula “los antiguos valores” y en este apartado se ilustran dos momentos cronológicos, el pasado y la actualidad. Con esto se crea un tópico frente a la importancia de los valores humanos tales como; la libertad, el libre albedrío y las costumbres. Al mismo tiempo se crea una queja frente al sistema educativo, y es que este según el autor promueve el individualismo y refuerza el empobrecimiento cultural y social. Aquí es donde se invita al lector a formar un carácter más cooperativo, amable y tener un compromiso frente a la vida y la naturaleza.
La tercera carta llamada “entre el bien y el mal” nos pone en un paralelo singular del cual se ha hablado por muchos siglos y siempre ha estado presente. Esta es la moral entre el bien y el mal. En este libro no se muestra el bien o el mal como dos lados extremos, sino como un valor simultaneo que vive cada individuo. Nos muestran el bien y el mal como una trágica dualidad que se refleja sobre el rostro de cada persona y termina con una reflexión introspectiva sobre la bondad, reflejando este valor como puro y plagado de heroísmo.
La cuarta carta se llama “los valores de la comunidad” y como su título lo indica, es un apartado que señala la cuestión social frente a la globalización y las consecuencias que esta trae mediante el consumismo desenfrenado, la pérdida de identidad y el individualismo destructivo.
En la última carta que se titula “la resistencia” es un discurso esperanzador y espiritual, que invita al lector a resistir las barreras impuestas por una sociedad superficial y errática que se preocupa más por formar individuos que se limitan a ser meros instrumentos operativos y no personas con conciencia crítica y constructiva.
Por último, el epílogo titulado “la decisión y la muerte” refuerzan el mensaje anterior y construye una conclusión frente a la felicidad. Esta no es más que la búsqueda hacia sí mismo bajo la construcción de un espíritu noble y compasivo que rechace la cobardía y pueda quitarse el peso del pasado para avanzar hacia nuevos caminos.
Los tiempos de crisis se han establecido en la humanidad por mucho tiempo, y aunque los tiempos difíciles crean confusión y malestar, es menester crear esperanza en el corazón, rodearnos de las personas que ayudan a mantenernos en pie y buscar nuevas perspectivas que nos den ánimos para continuar. No hay que desistir, debemos resistir.
Desde la Fundación Ratón de Biblioteca los invitamos a continuar leyendo y regalar esperanza en cada lectura y palabra.
Reseña por:
David Palacio Obando, Bibliotecario
Fundación Ratón de Biblioteca