Salomé Holguín González vive al frente de la Biblioteca Familia Villatina, en la comuna 8 de Medellín. Asegura que esa casa colorida de tres pisos y las personas que la habitan son sus vecinos favoritos. Casi todos los días, a las nueve de la mañana, cruza la calle y se dispone a disfrutar de las actividades que este centro de lectura ofrece para ella y otros niños y jóvenes que habitan en este sector del oriente de la ciudad.
“A mí me gustan los talleres, la sala de cómputo; mejor dicho, me gusta todo. Si por mi fuera me quedaría todo el día aquí, pero debo ir al colegio en la tarde”, dice Salomé, que trata de aprovechar al máximo el tiempo que pasa en la biblioteca.
En el 2019, cuando tenía seis años, llegó por primera vez. Estaba en vacaciones y desde la ventana de su casa veía que a ese lugar llegaban niños y niñas de todas las edades. “Le decía a mi mamá: ‘¿qué será eso?’. Entonces, un día fui y pregunté cómo me podía inscribir. Estaban en esas vacaciones que son todas largas y recuerdo que la pasé muy bien allá”, cuenta Salomé.
Después de disfrutar las Vacaciones creativas, Salomé encontró en la biblioteca un espacio para aprender cosas nuevas. Aunque en el colegio le enseñaron las vocales y las consonantes, no sabía leer. Una de las promotoras de lectura de Ratón de Biblioteca se dio cuenta de la dificultad que Salomé tenía para juntar las sílabas y con mucha paciencia le mostró cómo hacerlo. “Mi niña aprendió a leer aquí. La profesora de la escuela nos dijo que Salomé iba a perder el año; entonces, en la biblioteca nos ayudaron con eso, y rapidito ella empezó a leer”, dice Aleida González, la mamá de Salomé.
Salomé recuerda esas clases en la biblioteca y se siente orgullosa porque ahora sabe leer. Cuando llega a la biblioteca, elige un libro y se sienta en la sala de lectura. Le gustan los textos ilustrados y la historia de Tito y Pepita es una de sus favoritas. Cuando está con sus amigas, busca un libro de adivinanzas y juntas tratan de resolver los acertijos.
Es de las primeras que llega a los talleres. Le gusta ser puntual para ayudarles a las profesoras a preparar el salón y dejar todo listo para la clase. Maritza Montoya, promotora de lectura de Ratón de Biblioteca, dice que es una niña muy servicial y cariñosa: “Es muy tranquila y siempre está mirando qué hacer. Siempre llega antes y me ayuda a arreglar las cosas. Además, tiene espíritu de líder, pues les dice a sus compañeros: ‘yo barro el salón, pero tú me traes el recogedor y tú puedes trapear’. Salomé es muy comprometida con la biblioteca”.
Este centro de lectura también se ha convertido en el espacio ideal para hacer las tareas. Salomé está en tercero de primaria y aunque no le va muy bien en matemáticas, se considera una buena estudiante. Su materia preferida es ciencias sociales y dice que quiere estudiar ingeniería química para tener un buen trabajo y poder ayudarle a su familia. Cuando no sabe resolver una multiplicación o tiene que investigar algún dato para la clase de español, Salomé acude a la biblioteca. Jocsan Gallego, bibliotecario de lectura de Ratón de Biblioteca, recuerda un día que Salomé llegó en busca de ayuda para hacer una cartelera: “Le faltaban como dos horas para entrar al colegio. Estaba toda apurada porque tenía una exposición y no había hecho la tarea. Fue muy bonito porque todos le ayudamos y al final pudo terminar a tiempo el mapa que tenía que hacer para la clase de sociales”.
Salomé asegura que no le cambiaría nada a la Biblioteca Familia Villatina; para ella, no existe una mejor vecina: “¿Qué le diría a la biblioteca? Que muchas gracias, que me ha ayudado mucho”.