Valeria Colorado Rodríguez vive con su familia en el barrio Villa Guadalupe, de la comuna 1 de Medellín. A unas tres cuadras de su casa está el Centro de Lectura Villa Guadalupe, el lugar en el que descubrió su gusto por la literatura y leyó por primera vez una poesía. Conoció la biblioteca en el 2017, cuando tenía 6 años. Se inscribió en el taller de Argonautas y desde entonces no ha parado de leer. Empezó con cuentos infantiles; ahora, lee novelas románticas y las comenta con sus compañeros del club de lectura juvenil.
Tiene 11 años y estudia en el Cibercolegio Católico del Norte. De lunes a viernes prende su computador y se conecta a las clases virtuales. Está en sexto de bachillerato y sus materias favoritas son español, matemáticas y sociales. A las 12:30 de la tarde, cuando termina la jornada, se prepara para ir a la biblioteca. Ha participado en los talleres de Experimentación creativa, en Pintando palabras y en las clases de inglés. Alejandra Florez, Bibliotecaria de Ratón de Biblioteca, asegura que Valeria sabe aprovechar el tiempo que pasa en la biblioteca: “Antes era una niña un poco tímida; ahora, se integra más con sus compañeros; es divertida, espontánea y muy colaboradora con los que llegan nuevos. Además, se le nota que ha mejorado su lenguaje y la forma de expresarse”.
Valeria comparte el amor que siente por el Centro de Lectura Villa Guadalupe con su familia. Junto a su mamá, Liliana Rodríguez, lleva a su hermanito Jacob, que tiene cuatro años, a todas las actividades que la biblioteca tiene para los niños más pequeños del barrio. Participan en ParaMá ParaPá, un espacio diseñado para atender a la primera infancia y despertar el gusto por la lectura en los primeros años de vida. “Nos gusta leer juntos. Uno le lee un libro a mi hermanito y después él repite la historia mientras ve las imágenes. A mí me gusta mucho ser parte de su crecimiento; además, sé que soy como su modelo a seguir. Él es mi tesoro”, dice Valeria.
Liliana también disfruta las jornadas de lectura con sus hijos: leen poesías, novelas, crónicas y cuentos. En los dos últimos años, Valeria ha prestado 26 libros en la biblioteca. “A mí me gustan mucho las novelas y si empiezo a leer una, Valeria también la quiere leer. Mientras yo estoy en la cocina me dice: ‘yo le voy leyendo mientras usted está ocupada’. Cuando no entiende, me pide que yo le lea”, cuenta Liliana.
Ese gusto por la lectura está relacionado con uno de los sueños que quiere cumplir; aunque sabe que faltan algunos años para convertirse en una joven universitaria, Valeria tiene claro que quiere ser periodista para escribir buenas historias, como las que publican los autores que visitan la biblioteca para compartir sus experiencias con los jóvenes. Valeria recuerda la charla con Manuela Gómez, una poeta antioqueña que estudió periodismo. Le gustaría ser como ella; por eso, cada vez que puede, se deja llevar por la lectura: “Cuando estoy estresada cojo un libro y empiezo a leer para nivelar mis emociones. Los libros me han dejado muchas enseñanzas. He leído mucho, pero los que más me han gustado son Como agua para chocolate y La chica del tren”.
Para Valeria y su familia ser vecinos del Centro de Lectura Villa Guadalupe ha sido una fortuna: “Es un lugar maravilloso en el que he aprendido mucho”, dice.